Search
Close this search box.

Amor en letras por Karen Suárez

Nos complace anunciar que Karen Suárez es la ganadora del Concurso Literario de LittWorld 2024 con su escrito Amor en letras.

Amor en letras

Por Karen Suárez

Esa mañana me levanté con mariposas en el estómago. Estaba emocionada y nerviosa al mismo tiempo. Por primera vez, leería uno de mis cuentos en público y firmaría algunos libros. Escribí mi primer cuento infantil como un regalo para mi ahijada en su cumpleaños número siete; y, desde el principio, tenía una meta en mente: inspirarla a vivir los valores cristianos.

Una amiga ilustró ese primer cuento y otra me dio el dinero para imprimir cincuenta ejemplares, ya que yo no contaba con los recursos para emplear una editorial. Creí que sería difícil venderlos. Para nadie es un secreto que un escritor novato encuentra muchas trabas cuando inicia su carrera. El proceso no es nada fácil. Yo misma publicité el libro en mis redes sociales y, al cabo de tres días, había vendido todas las copias. Entonces, ordené una segunda impresión y, al recibirlos, una amiga me llamó para pedirme que leyera el cuento en el comedor infantil que ella dirigía.

Pues, ahí estaba yo, un jueves de octubre, en una de las comunidades marginales más convulsas de la ciudad. Leería mi cuento frente a un grupo de niños de la zona en el comedor infantil creado por una misionera. Aquellos niños viven en una barriada dominada por el narcotráfico y la delincuencia. A su corta edad, han visto demasiado, algunos incluso han sido testigos de la muerte de su madre o su padre.

Los 25 niños estaban emocionados y a la expectativa cuando llegué. Se sentaron en silencio alrededor de mí y me escucharon hacer todos los sonidos y las voces que debe hacer un buen cuentacuentos. Ellos se metieron en la historia rápidamente. Luego llegó el momento de obsequiarle a cada uno un libro con una dedicatoria personalizada, gracias a la generosidad de un patrocinador. Me senté en aquella pequeña mesa y los chicos se acercaron uno a uno.

No sabía qué hacer; nunca había autografiado nada. Entonces la directora del comedor me dijo que escribiera una palabra de bendición conforme Dios me guiara. Escribí muchas cosas, bendiciendo a los niños para su futuro, sus metas y sueños. Hasta que un niño pequeño, con unos brillantes y emocionados ojos negros, me preguntó: “¿Puedes escribir en mi libro ´te amo mucho´?”. En ese momento, se me aceleró el corazón. No sabía si reír o llorar, pero sentí que había encontrado mi propósito como escritora: compartir el amor de Dios y el mío a través de las letras.

Mi sueño ha sido escribir cuentos e historias que inspiren, desafíen, consuelen y animen. Mi cuento es una historia simple de un personaje joven que muestra generosidad y es solidario con quienes lo necesitan. También, la historia nos enseña la gratitud. Estos valores se deben reforzar día a día en el corazón y la mente de los niños. Además, después de escuchar el cuento, ellos deseaban contárselo a sus hermanos y miembros de su familia. De manera que, la enseñanza se multiplicará.

Compartir el cuento no fue algo frío en un ambiente acartonado, ni en una venta de libros cualquiera. Por el contrario, fue un tiempo cálido de risas, de miradas curiosas, de abrazos e historias compartidas. Fue un momento de verdadero aprendizaje como escritora. He leído ese cuento varias veces en escuelas, iglesias y centros infantiles. También he recibido muchas fotos del momento en que padres y abuelos les leen el cuento a sus hijos o nietos. Eso me ha maravillado. Pero, sin duda, aquella primera firma de libros me marcó para siempre, me tocó el corazón.

Esa experiencia en el comedor infantil me enseñó que una historia tiene el poder de impactar la vida de alguien. No solo se trata de escribirla o publicarla; hay que hacer que trascienda. Para el escritor cristiano, sus historias se componen de mucho más que palabras. Él debe verse a sí mismo como un instrumento en las manos de Dios para comunicar verdades eternas. Su éxito está en dejar que Dios ame a través de su obra. Su gozo será ver la cara de sus lectores alegre, llena de esperanza, expectante.

Escribir y publicar requieren coraje y paciencia. Mi consejo para mis amigos escritores es que cuenten historias desde el corazón, que reflejen el amor de Dios y del prójimo. Además, es importante preocuparse por los detalles, por crear un producto excelente, agradable a la vista, que invite al lector. Los libros infantiles requieren ilustraciones hermosas, que les gusten a grandes y a chicos. Por otro lado, es necesario asegurarse de que todo esté bien escrito, que sea legible y claro. De manera que, cuando el producto final llegue a manos del pequeño lector, él experimente esa sensación de bienestar, entusiasmo y cariño que trae un buen libro a nuestra vida.

Karen Suárez es costarricense. Se ha dedicado a la enseñanza del español y también es profesora de Nuevo Testamento. Es autora del libro Perfume de gozo y de los cuentos Aquel viernes y Celeste y las piedras preciosas. 

 

Scroll to Top